martes, 1 de octubre de 2024

Poemas. James Elroy Flecker (1884-1915)

A un poeta dentro de mil años. 


Yo, que morí hace mil años,
Y escribí esta dulce arcaica canción,
Mis palabras te envío como mensajeras
Por el camino que ya no he de cruzar.

No me importa si has tendido un puente sobre los mares
O si atraviesas a salvo el firmamento cruel,
Ni si construyes consumados palacios
De piedra o metal.

Pero, ¿aún tienes música y vino,
Y estatuas, y un amor de mirada alegre,
Y pensamientos necios sobre el bien y el mal,
Y plegarias para los que residen en las alturas?

¿Cómo hemos de vencer? Igual que un viento
Que a la tarde cae, soplan nuestras fantasías,
Y ya el viejo ciego Meónides*
Lo dijo hace tres mil años.

Oh, amigo no visto, aún no nacido, desconocido,
Estudiante de nuestra dulce lengua inglesa,
Lee mis palabras por la noche, a solas:
Yo fui un poeta, yo fui joven.

Y ya que no puedo ver tu cara
Ni estrecharte la mano,
Te envío mi alma a través del tiempo y el espacio
Para saludarte. Tú comprenderás.



 * Meónides es un nombre que se aplica a Homero, bien porque Meonia era un antiguo nombre de Lidia, donde, según algunos, había nacido; o bien porque se decía que era hijo de un tal Meón.





Tenebris Interlucentem.


Un jilguero que andaba perdido
Cantaba en una rama ennegrecida en el infierno,
Hasta que todos los espectros recordaron bien
Los árboles, el viento, el día dorado.

Por fin supieron que habían muerto
Cuando escucharon música en esa tierra
Y alguien allí adelantó furtivamente una mano
Para atraer un hermano a su lado.


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