martes, 10 de septiembre de 2024

Poemas. Jason Shinder (1955-2008)

El amor es el padre de todos los comienzos.


Voy hacia una mujer
como voy hacia el océano. Me tiendo
sobre ella como una balsa

cuando el deseo de flotar
no importa tanto. Yo soy el ángel
las sencillas hojas en su aliento.

Entreabro su corazón
como una rosa
y saco afuera la abeja. Algunas veces,

tarde en la noche, me siento en el borde
de la cama imaginando
dando forma a las palabras

con que la confortaré
y huelo la oscura,
ondulante hierba en sus axilas.

En Agosto pongo un paño frío
en su frente.
Yo siempre saco dos vasos.

Cuando abro la puerta del coche
para ella no puedo imaginar otra cosa
que estar en casa,

yaciendo en la cama, en casa.
Y cuando ella está
ausente veo a través de ella

la puesta de luna
en el suelo
con la forma de un reloj de arena.





El único secreto que él cargaba.


Irene ama a un hombre
que le teme al sexo: ella prestó atención
a todo, dijo que estaba OK,

lo contuvo hasta que se durmió.
Ella dijo, ¿Por qué simplemente
no dejas de pensar sobre ello?

Pero él quería comprender
cada sensación, no dejar nada sin probar,
aunque mantuvo sus manos alejadas

cuando ella estaba descubriéndolo.
Él no puede estar cerca de una mujer
por mucho tiempo, por demasiado tiempo.

Él dijo, Yo fui un hombre golpeado.
Ella dijo, ¿Una taza de té?
Él dijo que no podía comenzar

un asunto y describir la clase
de cuestión que estaba empezando:
la luna soñando en su noche de Octubre.

Ellos hablaron sobre salas de baile
largas mangas y fajas, dijeron que algún día
deberían haber ido a algún lado

aunque no podían pensar en ninguno y entonces
él dijo bruscamente, Decididamente nunca me ha gustado
lo suficiente estar enamorado antes.

Él lo dijo como si tuviera suficiente
de todo el maldito mundo
y nunca fuera a quedar satisfecho.

Él está mirando a la pared.
Ella está mirando hacia afuera por la ventana
porque necesita estar en algún lugar.

Más tarde, él deja una nota;
Disculpa los apuros
Queriendo significar: ¿por qué no me abandonaste?

Nunca he contado esta historia.
Justo en el momento de morir,
yo quise contárselo a otra persona.


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