sábado, 13 de julio de 2024

Poemas. Howard Camner.

Mi mentor.


Mi mentor está sentado
y mira un cuadro en la pared
Es el retrato de una cara gigante
Una cara gigantesca sin ojos, ni boca, sin nariz u orejas,
Nada
solo un rostro vacío
Mi mentor lo contempla sin descanso
día y noche
Yo le visito una vez por semana para inspirarme
El nunca me mira
Su vista está clavada en el retrato del rostro vacío
mientras imparte su sabiduría:
"El clavo que sujeta el cuadro en la pared
nunca consigue un momento de descanso.
No seas un clavo."





La abuela y el lobo.


Sola en el bosque
sobra de un cuento de hadas
La abuela prepara comidas para un lobo
Pero el lobo no comerá su comida
No es un asunto personal
Sino simplemente que ella no entiende su
naturaleza
ella no entiende sus necesidades
Y mientras la abuela se afana sobre la
cocina caliente
el lobo camina por los alrededores, la
olfatea,
la localiza, se lanza sobre ella y se la come
viva
ésta es su naturaleza
éstas son sus necesidades
Nada personal.





La loca Mildred. (Una mujer liberada)


Ella se mece de aquí para allá en su
mecedora
tatareando una vieja canción de cuna y
tejiendo guantes
para los niños del barrio
A través de la habitación sentado junto a la
mesa de cartas
se halla el esqueleto de su marido Frank
y los huesos del perro junto a sus pies
El esqueleto de Frank tiene una pipa en su
boca
y lee un periódico de hace cuarenta años
El perro se acaba de morir
Mildred odiaba a ambos
Un día se volvió loca
y les dejó de alimentar.


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