jueves, 22 de agosto de 2024

Selección de "Cartas a una amiga desconocida". Alicante, 1 de enero de 1927. Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)

Son las dos de la madrugada, Rinette. He desembarcado esta tarde, procedente de Toulouse después de un viaje sin historia. Hace un tiempo espléndido. Alicante es el punto más cálido de Europa, el único lugar en el que maduran los dátiles. Y yo también -casi- bajo este cielo claro. Me paseo sin abrigo, maravillado de esta noche de las Mil y una Noches, palmeras, estrellas cálidas y un mar tan discreto que ni se le oye, ni se le ve, apenas si se le adivina.

Bajando del avión me he redescubierto en plena juventud. Tenía unas ganas locas de extenderme sobre la hierba y bostezar con todas mis fuerzas, lo cual es bien agradable, y estirarme completamente, que también lo es. Este sol favorecía mis deseos imprecisos, los hacía surgir. Tenía mil razones para ser feliz. Los cocheros de simón también. Los limpiabotas, puliendo, acariciando los zapatos y riendo cuando habían terminado, también. Qué día de año nuevo más lleno de promesas. Qué riqueza de vida hoy.

Me había jurado a mí mismo no volver a escribir. Pero acabo de regalar tres cigarrillos a un mendigo porque se ha mostrado tan feliz que he querido hacer durar aquella expresión en su rostro. Me siento lleno de bondad y de indulgencia. Te perdono.
Y además... la otra noche telefoneé a Bertrand con tal hipocresía que no me lo quería confesar ni a mí mismo. Me has domesticado y me he vuelto humilde. En el fondo es dulce dejarse domesticar. Pero tú me costarás otros días de tristeza y estoy bien equivocado.

No hay maldad en mis palabras, Rinette, pero estas cosas tienen más importancia para mí que para ti. No es justo que
pague yo con dolor por una simple pereza. Tiene un cierto encanto. Pero tú no lo comprendes.

¡Bah! De momento estoy escuchando una pianola... Es magnífico. Todas las españolas son heroínas de ópera. A mí me lo parecen.
A causa de la pianola. Una de ellas llora en un rincón, me gustaría mucho saber por qué, porque es la única de Alicante. Cinco o seis fulanas gordas chillando a su alrededor todas a la vez la consuelan. ¡Qué jaleo! Pero no quiere comprender que es feliz. Le gusta su hermosa penilla.

Adiós, Rinette. Quizá encuentre tus cartas al regresar. Me pasearé un poco más por entre la intimidad de las españolas. En este clima suave todos tienen un secreto, pero es el mismo. Porque se miran y sonríen. Y para sonreír no es necesario saber
ni tres palabras de español, entonces hablo ...

Llevo conmigo mi papel de escribir, si tengo ganas te escribiré más esta noche.

Y si no lo hago...

Antoine


No hay comentarios.:

Publicar un comentario